Esta semana, la Secretaría de Cultura federal, a través de científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha dado a conocer los resultados de un estudio sobre un huevo fósil de flamenco, probablemente con una antigüedad de entre 12,000 y 8,000 años antes del presente. Este hallazgo se realizó durante la construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, y es el primero de su tipo que se encuentra en América y el segundo a nivel mundial.
Los resultados de este estudio, titulado “La primera aparición en América del huevo fósil de Phoenicopteridae y sus implicaciones paleobiogeográficas y paleoambientales”, fueron publicados en la revista internacional de paleobiología Historical Biology, en su volumen 35, número 8. El artículo fue coescrito por los investigadores del INAH, J. Alberto Cruz, Joaquín Arroyo Cabrales, Eduardo Corona-M, y el investigador del Tecnológico Nacional de México, Campus Zacapoaxtla, Omar Moreno Flores.
El huevo fósil fue encontrado en el sitio M-31 del yacimiento paleontológico de Santa Lucía, específicamente en la séptima capa estratigráfica de las ocho identificadas. Se encontraba a una profundidad aproximada de 31 centímetros, dentro de arcillas y lutitas, en sedimentos lacustres depositados en el paleolago de Xaltocan.
Este descubrimiento es relevante porque la presencia de flamencos fósiles en paleolagos continentales de América del Norte es notable, considerando que la especie reciente, el flamenco americano, se distribuye principalmente por América del Sur, el Caribe y la península de Yucatán. En Estados Unidos, se encuentra en Florida y la costa norte del Golfo de México.
El huevo fósil de Santa Lucía ha permitido inferir la existencia de un paleolago poco profundo y de alta salinidad en la transición de los periodos Pleistoceno-Holoceno, hace entre 8,000 y hasta 33,000 años. Durante este tiempo, se observaron condiciones climáticas más cálidas y húmedas que las actuales.
El estudio comparativo realizado para determinar el origen del huevo, consideró medidas como longitud y ancho máximo, forma y patrón de la cáscara. Los datos obtenidos se compararon con huevos recientes de otras aves acuáticas de América del Norte y América Central, como el pelícano blanco americano, ganso blanco, ganso de Canadá, alca gigante, arao común, cisne de la tundra y colimbo común, así como con la grulla canadiense. Los resultados concluyeron que el tamaño y forma del huevo fósil son muy similares a los de los flamencos, asignándose a la familia de los flamencos (Phoenicopteridae).
Es importante destacar que, hasta antes de este hallazgo en Santa Lucía, los registros de huevos de flamencos fósiles en América se limitaban principalmente al Mioceno tardío hasta el Holoceno, en localidades de Estados Unidos, México, Costa Rica, Argentina, Uruguay y Venezuela. Los únicos registros de huevos fósiles de flamencos en el mundo se encontraban en España y datan del Mioceno temprano, hace entre 15 y 23 millones de años.
Este descubrimiento del huevo fósil de flamenco en Santa Lucía confirma la presencia de estas aves en los paisajes lacustres del Centro de México durante esa época. Además, sugiere que los lagos de la Cuenca de México experimentaron cambios significativos, posiblemente debido a influencias ambientales derivadas de glaciaciones y actividad volcánica. El lago de Xaltocan habría tenido condiciones de alta salinidad y alcalinidad, lo que propició el hábitat adecuado para que los flamencos existieran y se alimentaran de algas espirulina y pequeños invertebrados.
Los paleontólogos del INAH consideran que este hallazgo marca el inicio de una serie de estudios más detallados, como el análisis de la estructura y morfología del huevo, así como análisis geoquímicos, de ADN antiguo y proteínas, para establecer su relación con otras especies vivientes y extintas de flamencos. Este descubrimiento abre una ventana al pasado y enriquece nuestro conocimiento sobre la fauna prehistórica que habitó la región.