¿quienes fueron y porqué mi abuela los «mentaba»?
Redacción /
18 de Febrero 2022
Antes de decepcionarnos o creer que son palabras inventadas hay que decir que las abuelas son sabias, y que México es un país con diversidad cultural desde la llegada de los colonizadores que no sólo fueron españoles y que la mezcla de todas estas civilizaciones más las ya existentes en tierra azteca nos dejan un amplio vocabulario.
Entonces, basados en la historia desde la época de la colonia, tenemos que fulano, mengano, zutano y perengano no existieron, no hay hecho histórico alguno que indique que algunos personajes llevaron estos nombres.
Pero más allá de dichos populares, las palabras si existen y son cuatro formas gramaticales que se utilizan para aludir a alguien del que no se sabe su nombre o no se quiere mencionar por cualquier motivo.
La palabra fulano proviene del árabe fulān (فلان) que quiere decir “persona cualquiera” y es el más utilizado de los cuatro, siendo el más socorrido a la hora de echar mano de algún ejemplo: “Hija vino un fulano preguntando por ti” o “aquí descansa fulano de tal’”, la palabra llegó del árabe al español y de allí se extendió a toda Hispanoamérica.
La palabra Mengano también proviene del árabe: man kān, cuyo significado es ‘quien sea’ y suele utilizarse (en la mayoría de ocasiones) en segundo lugar y acompañado de fulano y/o zutano. Además pueden llevar otros determinantes: “por mi puedes irte con fulano o con mengano”.
A zutano se le relaciona con citano y este, muy posiblemente, de la palabra latina scitānus, que significa “sabido”. No se sabe bien el porqué se añadió a la coletilla, pero en algunas ocasiones también se coloca en segunda posición, tras fulano.
Perengano casi siempre va al final de la fila, pero en ocasiones se usa sólo, es una palabra más reciente y la de menos uso de todas ellas. No se han encontrado raíces en otras palabras antiguas o de otros idiomas, lo que hace pensar que sólo se añadió para rematar en rima.
Los cuatro pueden ir en diminutivo (Fulanito, Menganita…) y con apellido (De Tal, De Cual…), por aquello de hacerlos más solemnes (fulano de tal).
Estas cuatro palabras también tiene su variante al femenino (Fulana, Mengana, Zutana y Perengana) aunque la primera se suele utilizar para calificar despectivamente a una mujer cuando alguien se quiere referir a ella como prostituta o mala mujer “finalmente resultó ser una fulana”.
Aclarado el asunto, no importa si es un fulano, zutano, mengano o perengano quien lee esto, lo importante es que ya se informaron.