En visto/ Dora de la Cruz
La violencia política por razón de género es una práctica que algunos actores políticos ejercen, particularmente a través de las redes sociales, cuando no encuentran justificación válida para criticar a una mujer en el poder. Este tipo de violencia se disfraza de comentarios “críticos”, pero en realidad se basa en prejuicios de género, descalificando a las mujeres simplemente por el hecho de ocupar una posición de liderazgo.
Lo más alarmante de esta situación es la impunidad con la que se cometen estos actos. Las mujeres que se atreven a alzar la voz o a destacar en la política se enfrentan a una doble batalla: por un lado, contra los retos inherentes a sus funciones, y por otro, contra el acoso y la discriminación basada en su género. Este fenómeno no solo socava la participación política femenina, sino que perpetúa un sistema de poder que excluye a quienes se atreven a desafiar los roles tradicionales asignados a las mujeres.
Para erradicar la violencia política por razón de género, se necesita de la voluntad política, no solo implementar marcos legales más estrictos, sino también generar una conciencia social que condene y castigue estos ataques. Solo así podremos avanzar hacia una política más inclusiva y equitativa.
Esta semana circuló, a través de WhatsApp, una noticia falsa cuyo único objetivo era revictimizar a una funcionaria de primer nivel del gabinete estatal. Este ataque no solo buscaba ponerla en una posición vulnerable, sino que también revelaba la clara intención de perpetuar la violencia política por razón de género.
Detrás de estos mensajes anónimos, se esconde lo que bien podría llamarse una “mano negra misógina”, que aprovecha el anonimato digital para atacar impunemente a mujeres en el poder.
El anonimato en las redes sociales y plataformas de mensajería como WhatsApp ha permitido que muchas agresiones, especialmente aquellas basadas en el género, se cometan sin consecuencia alguna para los perpetradores. Este tipo de ataques se realizan de forma calculada, con la finalidad de desacreditar la imagen de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo, exponiéndolas no solo al escrutinio público, sino también a la vulnerabilidad emocional y psicológica.
El Gobernador, Americo Villarreal Anaya, lo dijo durante su conversatorio, que en su gobierno no habrá espacio para la violencia de género ni para las conductas machistas. Afirmó habrá consecuencias para quienes incurran en estas faltas, trate de quien se trate.
El mensaje es contundente: aquellos que no comprendan esta nueva realidad quedarán fuera del sistema que promueve la Cuarta Transformación. La 4T, en su esfuerzo por construir una sociedad igualitaria, ha dejado claro que no hay espacio para quienes insistan en mantener prácticas misóginas. Las instituciones y los servidores públicos están llamados a servir con ética, respeto y justicia.
El uso del poder para agredir o descalificar a las mujeres, tanto en el ámbito político como en cualquier otro espacio, es una violación directa de los principios que la 4T busca consolidar.
La equidad de género y el respeto son pilares fundamentales, en los gobiernos de la cuarta transformacion, es el camino hacia la igualdad , es trabajar desde una sociedad, para que tambien entre a los hogares esta equidad que, seguramente tendra un impactonpositvo en bajar y disminuir la violencia de genero, que actualmente ocupa los primeros lugares en la lista de incidencia de delitos.