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Por Carlos López Arriaga
Cd. Victoria, Tam.- Circula por fin el libro de la reportera capitalina ELENA CHÁVEZ GONZÁLEZ, “El rey del cash” (Grijalbo, 2022) y ya es factible tomarle algunas medidas al escándalo, para entender el fenómeno sin negarlo ni sobredimensionarlo.
(1) EFECTO JURÍDICO. Creo que ninguno. Ni puede ni quiere la autora llegar a ello, nunca fue la intención. De sus páginas no puede derivarse acción ministerial alguna. Entre otras razones porque las conductas descritas son hijas del sigilo, del secretismo. No suelen dejar constancia, firma o papeleo.
Pero también porque es significativo el desinterés de la escritora por mostrar pruebas. Insisto, ni siquiera fue el propósito. No es un libro de denuncia en el sentido estricto del término, sino un testimonio ejemplificante. Busca alertar y prevenir, no castigar.
(2) EFECTO ELECTORAL. Limitado y de bajo impacto, sobre todo si recordamos que el voto duro obradorista es asombrosamente impermeable a esta suerte de contenidos ya antes manejados en redes, medios y otros libros.
A diferencia del círculo rojo que compra con avidez estos escándalos (la clase media ilustrada) las mayorías que habitan en la base ancha de la pirámide social han demostrado una y otra vez una resistencia religiosa a modificar sus opiniones respecto al presidente.
(3) CONOCIMIENTO PRÁCTICO. Por supuesto, es casuística pura, a buena distancia de la conclusión académica, aunque muy útil como contribución a las decisiones que en adelante se deban adoptar en la materia, en años y generaciones por venir.
Ahora sabemos más de un modus operandi que por cierto no es privativo de MORENA o el PRD, sino que viene del PRI, pasa por el PAN y todo el arco partidista.
Aunque (justo es decirlo) nadie había llegado tan lejos ni llevado esas prácticas al grado supremo de sofisticación empleado por el primer círculo obradorista.
(4) COMO HERRAMIENTA. Los adversarios de MORENA pueden hoy realizar ingeniería inversa con los aspectos más oscuros de su exitosa estrategia electoral.
Esto es, deconstruir acciones de gobierno antes ininteligibles y descifrar decisiones tomadas desde el poder que antes resultaron inexplicables. El dinero como piedra angular, leitmotiv, fiel de la balanza.
(5) SECUELA POSTSEXENAL. Ganen o pierdan la contienda presidencial, revelaciones de este corte serán importantes para quienes tengan a su cargo el proyecto de MORENA a partir del primero de octubre de 2024.
Estamos hablando de una película sensible a la luz, una secrecía que después de revelada no volverá a ser la misma. Peor todavía, si la señora CHÁVEZ GONZÁLEZ pudo romper el pacto de silencio (especie de omertá siciliana) queda el precedente ante los ojos de involucrados y de involucrarles. Si algo falla, existe ese camino.
OTROS ESCRITOS
A mediano plazo, obras como “El rey del cash” harán sinergia de manera inevitable con las publicaciones en ciernes que habrán de alimentar la amplia biografía del presente sexenio. Desde luego, vienen más títulos.
Mientras tanto es necesario dar seguimiento al venero copioso de revelaciones que representa hoy para el periodismo de investigación el escándalo conocido como GUACAMAYA LEAKS.
Saqueo mayúsculo de archivos clasificados en SEDENA, cuya sola dimensión (seis terabytes) garantiza varias temporadas de éxito que incluso seguirán sonando la diana más allá del presente sexenio.
Es mucho material, montañas de datos, historias dentro de las historias. Se sabe que en las distintas instancias opositoras (partidos, asociaciones civiles, medios) se han debido formar grupos de trabajo para sistematizar la exploración del acervo robado. Es, de entrada, una desafío endiablado.
Los seis teras, en bruto, fueron compartidos por sus detentadores originales con otros grupos como medida de seguridad y para no ser blanco único de eventuales acciones represivas. Si muchos los tienen, pierde sentido la persecución. Ya para qué.
Finalmente, los chivatazos internos de ELENA CHÁVEZ y la revelación de archivos secretos como el de GUACAMAYA LEAKS, coinciden en un mismo propósito.
Desocultar al poder, su ejercicio y rutinas, verle las tripas, su morfología y fisiología. El modus vivendi, en efecto, aunque también su modus operandi, el qué y el cómo.
Por ambos casos sabremos más, bastante más. Aunque dichas historias de espanto queden impunes y difícilmente afecten la tendencia general del voto. Se oye feo pero así es.
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com