Redacción/
CDMX
México nunca estuvo preparado para la subcontratación de personal a través de empresas que durante varios años explotaron a los trabajadores cobrando grandes cantidades a los gobiernos por los servicios laborales, si bien es cierto nació como un apoyo para contratar servicios especializados, los gobiernos y algunos empresarios abusaron de ello y explotaron al trabajador pagándole poco por su servicio y cobrando mucho a la empresa a la cual le brindaba dicho servicio.
El debate sobre la eliminación y/o regulación del outsourcing como tal entre los legisladores, dejó al descubierto los grandes negocios de los gobernantes con sus amigos más cercanos y la aparición de empresas de recursos humanos que prestaban los servicios durante tiempos cortos mientras duraba la administración, sin dar a sus empleados la estabilidad laboral necesaria.
La subcontratación de personal no es nuevo, desde hace más de 30 años es una práctica común en donde empresas especializadas brindan servicios a un patrón (privado o gubernamental) por un tiempo definido, el personal que realiza la labor está contratado por la empresa, hoy denominada outsourcing y no tiene ningún vínculo legal con la empresa o dependencia para quien realiza el trabajo, sin embargo esta situación fue regulada en el año 2012 por la Ley Federal del Trabajo.
El artículo 15 de la Ley Federal del Trabajo regula esta práctica y la describe como una relación en donde existe un contratista y un contratante, que presta servicios suministrando a su personal para que realice tareas específicas que fija la empresa y esta misma debe supervisarlas, en realidad es una relación comercial entre ambas empresas en donde en teoría los trabajadores deben gozar de todos los derechos laborales y es la compañía subcontratada quien debe otorgarlos, el problema es que muchas de estas empresas operan de manera ilegal y el más perjudicado es el trabajador subcontratado.
Se calcula que en este país más de cinco millones de personas están contratadas bajo este régimen. La finalidad del outsourcing es reducirle costos a la empresa o institución gubernamental, para que se vuelva más competitiva en su especialización sin preocuparse por temas en los que no está especializada como los servicios de limpieza, de seguridad, de tecnología, de recursos humanos, contabilidad, asesoría jurídica o mantenimiento, sólo por citar algunos de los ejemplos.
¿Cómo funciona el Outsourcing?
Los ejemplos son variados y se encuentran en miles de empresas en el país, así como en instituciones públicas y privadas, las escuelas contratan empresas de seguridad privada porque ellos no están especializados para la contratación y capacitación de su propio personal de seguridad.
Los hospitales públicos y privados contratan a empresas especializadas en servicios de limpieza para tener una mejor productividad médica sin ocuparse de otros temas, también tienen una mayor responsabilidad por hacer las cosas bien de parte de quienes realizan esta actividad, mensualmente pagan un contrato por mantener todas las áreas limpias y la empresa especializada en limpieza contrata y capacita al personal de limpieza de tal manera que aunque los empleados de limpieza realizan su trabajo en el hospital, no son empleados del hospital si no de la empresa de outsourcing.
Los recintos legislativos evitan contratar a trabajadores de cocina y tener sus propias áreas para que trabajen y en vez de ello contratan a empresas especializadas en comida y banquetes para suministrar los servicios alimentarios que requieren diariamente y en eventos especiales.
Algunos ayuntamientos contratan a despachos de contadores públicos para que lleven sus finanzas en vez de contratar contadores que se encuentren dentro de la nómina municipal y que requiera capacitación, vacaciones, licencias médicas y demás derechos que puedan disminuir su rendimiento, en vez de ello contratan el servicio que tendrá que ser brindado al cien por ciento independientemente de las limitantes en lo individual de cada trabajador subcontratado.
Los trabajadores de las plataformas de Petróleos Mexicanos parecieran empleados de PEMEX, de hecho utilizan un uniforme del mismo color, sin embargo traen el logo de la empresa que los contrató, ya que en realidad son sus empleados y no de la paraestatal y se encuentran especializados en cada una de las áreas que son requeridas en esos lugares laborales, no cuentan con las grandes prestaciones de un trabajador de PEMEX ni con los beneficios sindicales, en vez de ello reciben un contrato limitado por la empresa contratante.
Los anteriores son sólo ejemplos de cómo funciona la subcontratación de personal que labora en una empresa o dependencia de gobierno, pero que en realidad no son sus empleados ni tienen los beneficios laborales de quienes se encuentran en su nómina.
¿Explotación a la mexicana?
En México ya fue bautizado como el Rey del Outsourcing un empresario dedicado a subcontratar personal sin cumplir con todos los requisitos que marca la ley federal del trabajo, se trata de Raúl Beyruti a quien ya se le aseguraron las cuentas bancarias y tiene orden de aprehensión por ocho denuncias ante la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Los empleados eran contratados por sus empresas sin darles los derechos que por ley les corresponde, realizaban trabajos especializados y no se pagaban los impuestos como se debe por este tipo de servicios profesionales, de tal forma que no sólo es una situación fiscal si no que además es la estabilidad del trabajador y su explotación.
Existe otro tema turbio dentro de la subcontratación y es denominado insourcing en donde las grandes empresas crean microempresas que absorben las nóminas de los trabajadores declarando cero ganancias con lo que no se reparten las utilidades que por derecho les corresponden a los trabajadores, a final de cuentas como en la mayoría de los casos de outsourcing el que pierde siempre es el trabajador.
Aunque el outsourcing es necesario, el mal aprovechamiento que los empresarios y los gobiernos en turno realizaban es el tema que se analiza por parte de los legisladores, si este modo de subcontratación desapareciera, el Gobierno y las empresas tendrían que integrar a la nómina a miles de trabajadores especializados, situación que tampoco se puede afrontar.