Por @lamexicana
Los chapulines son insectos que se la pasan saltando, esa es su naturaleza, los hay de todos colores y algunos son más perjudiciales que otros como el conocido saltamontes llamado langosta que es considerado una plaga y acaba con cultivos enteros en una sola noche, pero los chapulines son nativos de México y Estados Unidos y algunos hasta se comen y el kilo en el mercado mexicano llega a costar alrededor de 40 dólares el kilo.
Ah pero de esos chapulines no queremos hablar si no los que saltan, pero no de rama en rama si no de partido en partido, son los políticos que al no ver realizados sus sueños de una candidatura para un puesto de elección popular o de satisfacer sus exigencias en cierto organismo político se van a otro y si no les gusta se cambian de partido como cambiarse de playeras, a esos en México también se les conoce como chapulines y práctica es denominada “chapulineaje”.
Los mexicanos si tenemos memoria, aunque a estas alturas ya nada importa, y se defiende lo indefendible, y se justifica de acuerdo a sus intereses y se latiga a quienes quieren sin importar que otros estén igual o peor, porque no miden con la misma vara como dice el dicho, así que ahora en medio de las campañas políticas comienza la guerra sucia sacando al sol el pasado colorido de los aspirantes, que si fueron azules, que si fueron tricolores, que si conformaron partidos y luego los abandonaron, que si buscan sus intereses personales, ¿habrá algún candidato que no tenga intereses?.
En México ya es normal saltar de partido en partido, el propio Presidente de la República inició su carrera política en el partido Revolucionario Institucional (PRI), fue priista, y años después ingresó a las filas del sol azteca convirtiéndose en perredista y miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), haciendo alianzas con el Partido del Trabajo en el cual se atrincheró al salir del PRD para después conformar su propio partido MORENA como su proyecto personal para ir a las elecciones presidenciales.
Entonces, es bueno tener convicciones y ser leal a sus ideologías, fiel al partido en el que se forjaron como políticos y donde les abrieron las puertas y en donde además ganaron contiendas electorales y sirvieron y se sirvieron de su organismo político, pero también es válido cambiar de partido político y adaptarse a sus ideologías.
¿Qué hay un chapulineaje?, por supuesto que lo hay, ¿Qué les llamen chapulines?, es normal en estos tiempos, nadie está vendido y cada personaje es libre de estar e ir a donde mejor le convenga, pero lo que no se vale es darse golpes de pecho acusando a los de enfrente cuando en sus respectivos partidos hay gotas de cada organismo, y los que terminan de pleito son los militantes de a pie.