En visto | Dora de la Cruz
La jornada electoral reciente en Tamaulipas, ha dejado una marca indeleble en la configuración política del poder legislativo. Con la bancada de Morena al frente, gracias a su mayoría calificada, se avecina una era de decisiones cruciales y reformas esperadas por la ciudadanía.
El mandato del pueblo es claro: desmantelar las leyes que han servido como escudo de impunidad, para los exfuncionarios del gobierno anterior, acusados de desvío de recursos. Estos casos, bien documentados en los expedientes que están en la Fiscalía estatal, los que han estado bajo la custodia del Procurador Irving Barrios, quien hasta ahora no ha avanzado en las investigaciones.
A casi dos años del inicio de las indagaciones, la ausencia de resultados tangibles es alarmante; ninguno de los implicados ha enfrentado la justicia. La expectativa es alta, y la nueva legislatura tiene en sus manos la responsabilidad de responder a la demanda popular de justicia y transparencia.
Es momento de que la bancada de Morena utilice su mayoría, para desarticular los mecanismos de protección que han permitido la impunidad de la corrupción. El pueblo de Tamaulipas ha votado por el cambio, y la esperanza de ver a los responsables tras las rejas es más fuerte que nunca.
El poder legislativo de Tamaulipas está en una transformación, por la confianza depositada por la ciudadanía en las urnas; regresan al Congreso local líderes como Úrsula Salazar y Magaly Deandar, quienes han demostrado su compromiso con la transparencia y el cambio. Mientras tanto, otros legisladores han quedado fuera, algunos por derrotas electorales y otros por la conclusión de su mandato, dejando una huella más bien discreta.
Morena ha logrado consolidar su fuerza con 21 de las 22 diputaciones de mayoría, asegurando así una mayoría calificada. Sin embargo, la representación proporcional ha permitido el ingreso de figuras, como Ismael Cabeza de Vaca y Gerardo Peña, “los manitos”, conocidos por sus presuntas complicidades en el desfalco del erario estatal. A pesar de su presencia, con una mayoría calificada en manos de Morena, su capacidad de influir en las decisiones será nula .
En efecto, la bancada opositora podría recurrir a tácticas de obstrucción como gritar y abandonar las sesiones plenarias cuando sus argumentos se agoten, pero su impacto será marginal frente a la determinación de Morena de avanzar en las reformas necesarias.
El reto ahora es claro: traducir el apoyo popular en acciones concretas que promuevan la justicia y la rendición de cuentas, cumpliendo así con las expectativas de los tamaulipecos que han demandado un cambio real y efectivo.
El liderazgo de Úrsula Salazar, actual Presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso de Tamaulipas, ha sido ratificado por su eficaz gestión y capacidad de conciliación. Su habilidad para rescatar la Presidencia del intento de arrebato por parte de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN) destacó su determinación y habilidad política.
Además de este logro, Salazar ha desempeñado un papel crucial en la aprobación de reformas clave y en la eliminación de otras que impedían la aplicación de la justicia. Su enfoque conciliador, con firmeza, ha permitido avances significativos en el Congreso, reafirmando su posición para continuar liderando en la próxima legislatura.
Sin duda, la mayoría obtenida por Morena en el Congreso, respaldada por el liderazgo político de Ursula Salazar, será determinante para impulsar los cambios que los ciudadanos de Tamaulipas esperan.
La mayoría de Morena en el Congreso local, será un respaldo crucial para las propuestas del ejecutivo estatal. En la agenda hay una serie de reformas pendientes, previamente bloqueadas por la resistencia de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes priorizaron los intereses de su grupo y su jefe, sobre los del pueblo de Tamaulipas.
Por su parte el Gobernador, Américo Villarreal Anaya, además del respaldo, la relación con el gobierno federal ha dado un giro positivo, marcando una nueva era de colaboración y progreso para el estado. La reciente visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum subraya esta colaboración, para atender la demanda social
Con esa visita, la imagen y liderazgo del gobernador Américo Villarreal Anaya, además que también demuestra, el estado ocupa un lugar central en la agenda del gobierno federal. Este acto político, refleja una sólida relación institucional y política entre Tamaulipas y la próxima administración federal.
En resumen, la colaboración y entendimiento entre el gobernador y los líderes de la Cuarta Transformación marcan un nuevo capítulo para Tamaulipas. La coordinación lograda promete un periodo de desarrollo sostenido y significativo, poniendo al estado en el mapa de la modernización y el progreso en México.