En visto| Dora de la Cruz
Los partidos políticos, tenían sus proyecciones y sus expectativas para el 2 de junio, y en algunos casos no ocurrió lo esperado. En Tamaulipas, hubo sorpresas que tendrán que revisarse, para hacer una introspectiva en los partidos políticos, para que en la próxima oferta electoral, presenten las mejores opciones.
¿Quién ganó en las elecciones? es la pregunta que se hacen, luego de los resultados de la masiva votación que se registró en la jornada electoral. Desde luego que fue la ciudadanía, que acudió a emitir su voz a través de una boleta, donde refrendó a sus representantes en los cargos de elección popular, pero también reprobó a quienes ya no quieren en el poder. En el caso de Tamaulipas, el rechazo fue claro para las propuestas aliancistas del Partido Acción Nacional.
La sorpresa, desde luego, fue la derrota de Eugenio Hernández, un político víctima de la persecución política durante el sexenio cabecista, que lo tenía todo para llegar al Senado. Ahora, analistas dicen que Geño tiene su capital político en Victoria. Lo cierto es que la respuesta esta en el aire, pero además, su papel en este proceso electoral, seguramente lo sumarán a algún cargo público, donde ya muchos lo ven en el gobierno federal.
Aunque está por terminar el llamado “voto por voto, casilla por casilla”, sin duda la grata sorpresa fue el triunfo en Tampico con Mónica Villarreal, la primera mujer de izquierda que gobernará uno de los municipios con un desarrollo económico importante y una de las ciudades más emblemáticas a nivel nacional del estado.
Las mujeres, asumieron un papel protagónico en esta jornada electoral. Tenemos a la primera mujer Presidenta en toda la historia de México, y en el caso de Tamaulipas, 23 de los 43 municipios estarán gobernados por mujeres, rebasando la paridad, lo que coloca al estado, como un impulsor en el tema de perspectiva de género en la participación política.
Morena, como primera fuerza política, tendrá 15 mujeres en las alcaldías, en ciudades de las más importantes por ser de mayor territorio, y en algunos casos, es la primera vez que una mujer llega al poder; en el municipio de Soto la Marina, sería la segunda en su historia.
Estos resultados no son casualidad. Desde el inicio de su gestión, el gobernador Américo Villarreal Anaya, ha sido un firme defensor de la paridad de género en el gobierno de Tamaulipas. Su administración ha incluido a mujeres en cargos fundamentales, estableciendo un precedente de igualdad en el gabinete estatal. Este compromiso no solo refleja una política de inclusión, sino que también posiciona a Villarreal Anaya como un aliado decidido, en la lucha por la paridad de género. Bajo su liderazgo, la representación femenina ha ganado terreno, demostrando que la equidad no es solo un ideal, sino una práctica tangible en la política estatal.
El conteo aún no había terminado, pero muchos candidatos ya estaban celebrando triunfos que aún no tenían asegurados. Las matemáticas y los resultados pueden sorprenderlos, especialmente a aquellos que han confiado en sus «listas» de votantes. Un caso notable es el de Óscar Almaraz, quien se ha proclamado victorioso antes de tiempo.
En Victoria, la situación se puso tensa. La expectativa y la incertidumbre dominaron el ambiente, mientras los votos se seguían contabilizando. Algunos políticos, como Almaraz, empezaron a repartir sonrisas y abrazos. Sin embargo, los números finales no estaban escritos en piedra, y cualquier giro inesperado podría cambiar el panorama.
La confianza en sus estrategias y “operación casa amiga” puede ser peligrosa. La historia ha demostrado que las elecciones están llenas de sorpresas, y lo que parece seguro puede desmoronarse con un solo dato nuevo. Mientras tanto, la ciudadanía observa, a la espera de resultados definitivos que confirmarán o desmintieran las proclamaciones prematuras.
Almaraz, por su parte, ha mostrado un optimismo desenfrenado. Sus seguidores ya lo celebraron, pero la prudencia dicta que es mejor esperar hasta el último voto contado. Las matemáticas electorales son complejas y pueden jugar malas pasadas a aquellos que se adelantan a los hechos.
En este escenario, cada voto cuenta y cada detalle es crucial. La celebración antes de tiempo podría resultar ser un error costoso. La carrera electoral no termina hasta que se anuncian los resultados oficiales, y cualquier movimiento en falso puede cambiar el destino de los aspirantes.
Así, mientras algunos festejan anticipadamente, la realidad de los números sigue su curso, implacable y justa. Solo el conteo del último voto, dirá si las coronaciones prematuras se convierten en victorias reales, o en lecciones amargas de paciencia y prudencia.